“Jogos Arcaicos”
Óleo s/tela
69x58 cm
1.950,00 €
Óleo s/tela
61x50 cm
1.950,00 €
"Guerreiro e Máscara"
Técnica Mista
73x60 cm
1.950,00 €
Óleo s/tela
61x50 cm
1.950,00 €
De pronto, cuando una "Nueva Realidad" se
impuso, allá por los años ochenta, esa nueva realidad se encontró conque ahí
estaba ya instalada Esperanza Asensi, alicantina fina.
Y, amén de fina, elegante, exquisita, dulce e
irónica. Así en la vida como en el
arte, en el que se ha hecho un nombre con más
arrestos que tiempo. La pintura de la Asensi es una pintura que se inspira en el
pasado sin perder de vista el presente. Con una ventana abierta al mundo
grecorromano y otra ventana abierta al disparatado mundo de nuestros días,
Esperanza parece estar diciéndonos que ni aquéllo ni ésto, o que ni aquéllo está
tan lejos ni ésto tan cerca, o que todo cambia porque todo permanece. Y todo
esto que ella dice, en su pintura, se observa mejor cuando uno se instala frente
al Mar de la Cultura, ese mar que nos lleva y que nos trae y que nos sobrevive
porque es el único mar (pese a estar de siempre amenazado) que quedará cuando no
haya mares, porque el Mediterráneo no es un mar más. Es El Mar. La Mare Nostrum.
Nuestro mar. Esperanza Asensi se ha aprendido de memoria Grecia y Roma, toda
Pompeya y toda Sicilia y toda Nápoles y todo lo etrusco. Y con ese material
arcaico ha elaborado el vasto edificio de su "Neorrealismo Arcaico", nombre
seguramente desmesurado pero que conviene para entendernos con ella, para saber
dónde está la pintura y su pintura y dónde está el observador y la emoción. No
es posible sentir indiferencia ante sus cuadros, porque nuestra "conciencia
colectiva" se inclina ante ellos y se reconoce en lo pintado. El laberinto de
Creta, los Bacos degustadores de uvas tiernas y vinos con boca de mujer, los
guardianes de la Acrópolis, los hercúleos Hércules con su guardia de herculanos,
los nuevos Edipos frente a la eterna esfinge y los complejos de siempre... todo
eso que en otros sitios son páginas en los libros, en Alicante, donde la pintora
vive, y en todo el levante español, son celebraciones cotidianas que se ponen en
pie (fallas, carrozas, hogueras) a la pimera de cambio con motivo de cualquier
festejo. La pintora pinta lo que siente, lo que vive, lo que sueña y lo que
imagina. Y lo pinta con gracia y con ironía, con frescura y galanura, enmarcado
en unos frisos que hablan bien a las claras de esa actividad debida a los
antiguos que es la cerámica levantina. Un deleite de pintura, que alguien
tachará de demasiado próxima a otros artistas que han ido a beber a la misma
fuente clásica en la que bebe la alicantina.
A Adrián Espí Vallés: "Con qué tibia evocación
se acerca la pintura de Esperanza al caudaloso oleajeinmenso placer- del
Mediterráneo, padre de culturas y mensajero de historias de hombres y de dioses,
de fuerzas extrañas y de locuras confusas. Con fulgor en el pincel, con amor
hondo, con picardía encendida, con ironía inmensa".
Mario Antolín Paz: "Pintora de fuerte
personalidad que realiza una obra figurativa de moderna concepción y
paradójicamente plena de reminiscencias clásicas. Un delicado cromatismo, con
predominio de ocres y tierras caracteriza una obra pictórica en la que la
densidad matérica y la firme línea del dibujo juegan un importante papel".
B Catálogo exposición galería Juan de Juanes.
Alicante, 1992.
Diccionario de pintores y escultores españoles
del siglo XX. Forum Artis. Madrid, 1994.
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